Las Escuelas

Villoslada de Cameros

La enseñanza ha sido en Cameros desde antaño un pilar fundamental. De la importancia que se le concedía da fe el hecho de que la Mesta garantizase que los zagales, que desde bien niños entraban a trashumar con los rebaños, fueran instruidos, obligando al Mayoral a que se les enseñase a leer, escribir y hacer cuentas. Tal instrucción no era baladí, ya que por un lado debían aprender a hacer negocios, pero por otro era también el único modo de poder comunicarse con las familias que habían dejado en la sierra, y que de seguro esperaban sus cartas con gran impaciencia.

No es de extrañar, por tanto, que la sociedad camerana se desarrollara con niveles de alfabetización superiores a la media y con una clara conciencia de la importancia de la educación, algo que se pondrá más de manifiesto, si cabe, cuando deban emigrar y buscar nuevos modos de vida.

En contrapartida, fueron ellos, los emigrantes, quienes más contribuyeron a mantener escuelas y a incentivar el estudio, conscientes de lo que para ellos había significado esa preparación. Desde Chile, en particular, fue frecuente la donación de fondos destinados a infraestructuras educativas, material escolar y premios para alumnos y maestros.

Villoslada tenía escuela de primeras letras ya en el siglo XVI. Hasta el siglo XX, dicha escuela albergaba a más de 100 alumnos. El tamaño de este caserón de entre los siglos XVI y XVII es muestra de la importancia que tuvo la escolarización.

En el edificio, destaca el escudo de la fachada, que muestra las armas del Ilustre Solar de Tejada con las torres representativas de los castillos de Clavijo y Viguera. Se trata de una talla barroca en alabastro del siglo XVIII.

Vuelva por las escaleras por las que ha llegado a las escuelas, y callejee por sus calles de piedra, siguiendo, hacia abajo, las callejuelas de Villoslada, y apreciando varios edificios con sus escudos por el camino. Llegará al punto de interés numero 7.